Cuando las células sensoriales oculares responsables de la agudeza visual mueren, se habla de degeneración macular. El primer síntoma que advierte del inicio de este proceso degenerativo es una visión borrosa; además, aquellos que lo padecen se deslumbran con mayor facilidad e incluso necesitan más luz en los días de mayor claridad para mantener una visión nítida. En España se estima que existen 300.000 afectados y 3 de cada 10 españoles están en riesgo de padecerla. Esta enfermedad se encuentra entre las causas más frecuentes de ceguera.
•La mácula (mancha amarilla) es el punto central de la retina y se encuentra en la cara interna de la parte posterior del globo ocular. En este punto de tan solo dos milímetros de tamaño, se encuentran millones de células sensoriales responsables de la agudeza visual y de la visión del color: los conos. La mácula por lo tanto es el punto de mayor visión, lo que la convierte en la zona más importante del ojo.
•La mácula entra en acción siempre que se observa directamente un objeto; por ejemplo, al leer, ver la televisión o realizar trabajos manuales, trabajar con el ordenador, etc. En la zona inmediatamente alrededor de la mácula, la agudeza visual tan solo es del 30 por ciento. Por esta razón, dicha zona restante situada alrededor de la retina resulta tan importante para detectar movimientos y poder orientarse de una manera segura por el espacio.
•Se distinguen dos tipos de degeneración macular. La degeneración macular asociada a la edad comienza, por lo general alrededor de los 50 años. La forma juvenil, menos común se inicia alrededor de los 20 años.
•La degeneración macular asociada a la edad es el tipo más frecuente de esta enfermedad. Existe una forma húmeda y otra seca, siendo esta última la más frecuente con un 85 por ciento de prevalencia. La acumulación en el tejido situado bajo la retina aumenta con la edad y provoca la destrucción de las células sensoriales. La agudeza visual disminuye de forma lenta y progresiva.
•En la degeneración macular húmeda se acumula líquido bajo la mancha amarilla, que daña las células sensoriales con una relativa rapidez. Si no se trata, el empeoramiento de la calidad de la visión se precipitará.
•Es frecuente que el paciente no advierta nada del grave daño que sufren sus ojos en los primeros estadios de la enfermedad. Posiblemente acuda al oftalmólogo para que le prescriba unas gafas de mayor graduación o por el miedo a padecer cataratas.
•Los siguientes síntomas, sin embargo, indican una manifestación precoz de la degeneración macular:
•una mayor necesidad de luz durante el día, por ejemplo, al leer
•una mayor sensibilidad a la luz, por ejemplo, al conducir en la oscuridad
•los colores se observan de una manera más pálida y borrosa
•las líneas rectas, como las juntas del cuarto de baño, se perciben como curvas
•irregularidades en el centro del campo visual normal
•La degeneración macular avanza lentamente en la mayoría de los casos. Los objetos a los que se mira fijamente se perciben cada vez peor y con menor nitidez. En el campo de visión central aparecen manchas oscuras que, por ejemplo, dificultan el reconocimiento de las personas. En el borde de la retina generalmente la capacidad visual se mantiene parcial, por lo que en la mayoría de los casos, incluso en los estadios más avanzados, la persona afectada es capaz de seguir orientándose. La ceguera total es muy infrecuente
La soluciones pasan en la mayoria de los casos, por protejer los ojos de mayores factores de riesgo ( circulatorios), de la toma de complejos antioxidantes, dieta sana (fruta-verduras-pescado), y ...de controles periódicos por su oftalmologo.
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