Tomar una dieta rica en vitamina E y C, betacarotenos y zinc disminuye el riesgo de degeneración macular, un trastorno de la vista que afecta al 11,5% de los ancianos. Según los datos de un estudio, para prevenir el desarrollo de esta enfermedad no es necesario la ingesta de suplementos vitamínicos sino que basta con consumir alimentos que contengan estos nutrientes.
No es difícil de conseguir. Una mayor ingesta de vitamina E puede lograrse con el consumo de cereales integrales, aceite vegetal, huevos y frutos secos, alimentos habituales de la dieta mediterránea. Sin embargo, los beneficios de tomar éstos y otros platos ricos en zinc, vitamina C o betacarotenos pueden ser de gran valor a la hora de prevenir un frecuente trastorno ocular.
La degeneración macular relacionada con la edad es una alteración de la mácula, la parte central de la retina, y es una de las causas más frecuentes de ceguera parcial irreversible. Las personas afectadas no pueden ver los objetos que se encuentran en el centro de su visión, por lo que son incapaces de leer, reconocer caras, conducir o moverse libremente.
La retina parece ser particularmente susceptible al estrés oxidativo, un desequilibrio del organismo que está provocado por el aumento de los radicales libres, moléculas que causan daño sobre determinados componentes celulares. Los científicos piensan que al tener la retina una alta concentración de oxígeno y ácidos grasos poliinsaturados podría ser más sensible a los oxidantes.
La acción de estos radicales podría frenarse con antioxidantes naturales como el zinc, los betacarotenos o diferentes vitaminas (C y E) presentes en alimentos como la carne, el pescado, frutas, espinacas o zanahorias.
Para comprobar si la ingesta de alimentos ricos en estas sustancias puede jugar un papel importante en la prevención de la degeneración macular, investigadores del Centro Médico Erasmus de Rotterdam, Holanda, han evaluado a 4.170 personas a lo largo de un seguimiento medio de ocho años.
Durante ese periodo de tiempo, 560 personas desarrollaron degeneración macular. Los investigadores, que previamente habían realizado una encuesta sobre los hábitos alimenticios de cada participante, detectaron una relación inversa significativa entre la aparición del trastorno y la ingesta de vitamina E, hierro y zinc.
Tras realizar diferentes análisis estadísticos, se observó que aquellos que consumieron más cantidad de alimentos ricos en vitamina E presentaron un riesgo de degeneración macular un 8% menor. También se detectó una disminución del riesgo, del 9%, en los que tomaron una dieta rica en zinc.
El impacto de una dieta rica en los cuatro antioxidantes estudiados (betacarotenos, vitamina E, vitamina C y zinc) fue mucho mayor. Así, los que tomaron una cantidad de estos alimentos por encima de la media presentaron una disminución del 35% en su riesgo de presentar el trastorno ocular frente a los que tomaron sólo uno de los nutrientes por debajo de la media.
Otro dato importante que se observó en el estudio, publicado en la revista 'Journal of American Medical Association', fue que los suplementos vitamínicos, o de alguna de las sustancias analizadas, no lograban ningún beneficio en aquellas personas que tomaron una dieta rica en los cuatro antioxidantes.
"Por lo tanto, nosotros concluimos que los antioxidantes en la dieta pueden retrasar el desarrollo de la degeneración macular temprana y, posiblemente, de este trastorno en otro estadio", concluyen los autores del estudio.
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