jueves, 15 de junio de 2017

NO ES INOCUO

  
Expertos recomiendan proteger correctamente los ojos en verano de la exposición al sol, debido a que la alta luminosidad puede dañar la vista, así como del cloro de las piscinas, la sequedad del ambiente y de una deficiente protección a la hora de practicar determinados deportes.

La excesiva exposición a las radiaciones solares y, en concreto, a las ultravioletas, está vinculada a sufrir quemaduras corneales o queratoconjuntivis, así como a intensificar determinadas afecciones como pterigion y, a largo plazo, cataratas o algunas lesiones de retina, enfermedades que están relacionadas con el envejecimiento.


En este sentido, los expertos subrayan la importancia del uso de gafas de sol homologadas, cuya finalidad, más allá del elemento estético, consiste en proteger de las citadas radiaciones ultravioletas, disminuir la probabilidad de deslumbramiento, y amortiguar la luminosidad solar. Usar gafas de sol que únicamente tengan los cristales de color, pero que no protejan de las radiaciones ultravioletas, es más perjudicial que no usarlas, debido a que, al disminuir la luminosidad, la pupila se dilata quedando, por tanto, desprotegida ante las radiaciones ultravioletas.

En cuanto a las infecciones que se producen durante el verano, las afecciones oculares más comunes suelen ser la conjuntivitis y la queratoconjuntivitis, y son frecuentes, asimismo, los casos de irritaciones conjuntivales debido a una excesiva cloración del agua, por lo que es obligatorio el uso de gafas de natación en las piscinas, que incluso pueden estar graduadas. Si aparecen síntomas como picor o escozor,  nunca se deben frotar los ojos ya que causará un aumento de la inflamación y de las molestias, y aconsejan acudir al oftalmólogo.


Por otro lado, advierten del peligro que puede suponer realizar deportes como el tenis, el padel o el squash sin protección, ya que existe la probabilidad de recibir un impacto de la bola en el ojo, y, en ocasiones, dicho impacto provoca el estallido del glóbulo ocular, una lesión, según destacaron, mucho más grave que la de sufrir un corte en la superficie del mismo. La visión de los menores ha de protegerse tanto o más que la de los adultos.

Respecto a los niños, es necesario prestar una especial y observar bien sus ojos, para prevenir una posible irritación o alergia. En este sentido, señalan que los más pequeños han de llevar también gafas de sol, porque "la visión de los menores ha de protegerse tanto o más que la de los adultos". En los casos en los que el niño no quiera, recomiendan ponerle un sombrero o una gorra provista de una amplia visera, y en ningún caso debe estar expuesto prolongadamente al sol con la cara descubierta, tanto en días despejados como en los nublados, porque "los rayos solares actúan durante todo el día, haya nubes o no".



Los padres debemos estar pendientes de los ojos de nuestros hijos y de los nuestros. No sirve cualquier gafa, ni cualquier colirio dado a la ligera en cualquier farmacia. El agua es inocua, un colirio sin prescripción médica, casi siempre no lo es.


OPFTALMÓLOGO ESTEPONA

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