Habitualmente durante el verano
se toman una serie de medidas para proteger a la piel de los peligros de la
exposición solar excesiva, pero muchas veces se olvidan los problemas que puede
ocasionarle a los ojos.
Los rayos ultravioletas (UVA y UVB) son altamente dañinos para
la vista, ya que pueden producir irritación, conjuntivitis y/o queratitis
(inflamación de la córnea). Otra zona comúnmente olvidada es la piel de los
párpados, localización frecuente del cáncer de piel.
Además, los daños provocados por este tipo de rayos son acumulativos en el tiempo. El hecho de haberse expuesto durante varios años al sol sin protección, hace que aproximadamente después de los 60 años, uno tenga un mayor riesgo de tener degeneración macular relacionada con la edad (trastorno de la retina que afecta la visión central).
Es por ello que es importante
comenzar a protegerse hoy mismo, ya que al igual que la piel, los ojos también
tienen memoria si fueron expuestos excesivamente a los rayos UV.
Principalmente utilizando gafas
con filtros ultravioletas. Contrariamente a lo que se cree, no es importante el
color del lente (salvo excepciones), sino que tenga la protección adecuada
contra los rayos UV.
No hay una relación directa entre el tono del cristal y el grado
de protección, es decir, no significa que cuanto más oscuro sea el cristal más
nos protegerá de los riesgos del sol. Existen gafas transparentes que tienen
filtros ultravioletas.
Es por ello que también es importante comprar las gafas en ópticas reconocidas, en donde esté garantizado que la lente tiene filtro, o en donde uno pueda averiguar con un profesional si verdaderamente lo tiene.
Por otra parte, es conveniente remarcar que el uso de gafas de sol no recetadas, es decir, sin el aval de un oftalmólogo que garantice su
calidad, puede producir aberraciones en las imágenes o deformaciones, ya que en
muchos casos el material no es el óptimo. Esto genera dolores de cabeza,
cefaleas o malestares, pero de ninguna manera ocasiona daños permanentes en la
vista.
Otra forma de protección es el uso de gorros y/o sombreros, especialmente aquellos con visera y ala ancha.
No es recomendable que aquellas personas que usan lentes de
contacto se sumerjan en el agua con las lentillas puestas. También deben tener cuidado los que
se sometieron a algún tipo de operación quirúrgica, ya que ambos están más
predispuestos a contraer una infección.
Igualmente, es recomendable para cualquier persona que use piscina, donde el cloro esté muy concentrado, enjuagarse los ojos al salir, y de ser necesario colocarse lágrimas artificiales a modo de lubricante.
Las quemaduras por cloro o por efecto tóxico-traumático de la
luz solar son verdaderas urgencias. En nuestra zona se usan mucho colirios tipo
gentadexa® o tobradex ®…intentad evitarlos; en general solo traen consigo
complicaciones.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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