La estimulación cerebral restaura la
visión en pacientes con glaucoma y daño del nervio óptico
La investigación ha demostrado que las dinámicas redes
funcionales del cerebro bien sincronizadas son críticas para restaurar la
visión
La pérdida de visión por glaucoma o daño del nervio óptico se
considera generalmente irreversible, pero un nuevo estudio clínico prospectivo,
aleatorizado y multicéntrico demuestra una mejora significativa de la visión en
pacientes parcialmente ciegos después de diez días de estimulación cerebral
mediante corriente alterna transorbitaria no invasiva (ACS, por sus siglas en
inglés).
Además de activar su visión residual, los pacientes también
experimentaron una mejora en la visión relacionada con la calidad de vida, como
la agudeza, la lectura, la movilidad o la orientación.
"El tratamiento con ACS es un medio seguro y eficaz para
restaurar parcialmente la visión después de daño del nervio óptico,
probablemente por la modulación de la plasticidad cerebral y resincronización
de las redes cerebrales, que fueron desincronizadas por la pérdida de
visión", subraya el investigador principal, Bernhard A. Sabel, del
Instituto de Psicología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad
Otto -von-Guericke de Magdeburgo (Alemania). A su juicio, los resultados
sugieren que los campos visuales se pueden mejorar de una manera clínicamente
significativa.
El trabajo llevado a cabo en tres centros clínicos alemanes
(Universidad de Göttingen, Charité de Berlín y la Universidad de Magdeburgo)
incluyó a 82 pacientes en un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado por
simulación clínica, 33 de ellos con déficit visual causado por glaucoma y 32
con neuropatía óptica isquémica anterior provocada por inflamación, compresión del
nervio óptico (debido a tumores o hemorragia intracraneal), anomalías
congénitas o neuropatía óptica hereditaria de Leber. Ocho pacientes tenían más
de una causa de atrofia del nervio óptico.
Los grupos fueron asignados al azar para que 45 pacientes fueran
sometidos a diez aplicaciones diarias de ACS de un máximo de 50 minutos por día
durante un periodo de dos semanas y 37 pacientes recibieron estimulación
simulada. La única diferencia entre los grupos antes del tratamiento fue que el
de estimulación incluyó más hombres que el de tratamiento simulado; sin otras
diferencias, como la edad de la lesión o las características del campo visual.
La ACS se aplicó con electrodos en la piel cerca de los ojos y se evaluó la
visión antes y 48 horas después de la finalización del tratamiento, y luego de
nuevo dos meses más tarde para comprobar si los cambios duraban en el tiempo.
Los pacientes que recibieron ACS mostraron mejorías
significativamente mayores en la percepción de objetos en todo el campo visual
que los individuos en el grupo de control. Específicamente, cuando se midió el
campo visual, se vio una mejora del 24 por ciento después del tratamiento en el
grupo de ACS en comparación con una mejora de 2,5 por ciento en el grupo de
tratamiento simulado. Esto se debió a mejoras significativas en el sector del
campo visual defectuoso del 59 por ciento en el grupo ACS y el 34 por ciento en
el grupo de tratamiento simulado, que recibió un protocolo de estimulación
mínima.
Otros análisis mostraron mejoras en el grupo sometido a ACS en
los bordes del campo visual y que los beneficios de la estimulación eran
estables dos meses más tarde, con el grupo de ACS mostrando una mejora del 25
por ciento en el campo visual en comparación con cambios insignificantes (0,28
por ciento) en el grupo de tratamiento simulado. El flujo de la corriente se
evaluó mediante sofisticados modelos de simulación por ordenador y ninguno
informó de malestar durante la estimulación, aunque en casos raros se
produjeron mareos y dolores de cabeza leves temporales.
Los resultados del estudio están en línea con anteriores
investigaciones de pequeñas muestras en las que se observó eficacia y seguridad
y revelaron que las dinámicas redes funcionales del cerebro bien sincronizadas
son críticas para restaurar la visión. Aunque la pérdida de visión lleva a la
desincronización, estas redes neurales pueden ser resincronizadas por ACS a
través de la activación rítmica de las células ganglionares de la retina,
encendiendo o "ampliando" la visión residual.
El doctor Sabel añade que aunque se necesitan estudios
adicionales para explorar más a fondo los mecanismos de acción, estos
resultados justifican el uso del tratamiento de ACS en un entorno clínico para
activar la visión residual mediante la resincronización de la red cerebral.
"Esto puede restaurar parcialmente la visión en pacientes con pérdida de
visión estable causada por daño del nervio óptico".
Hacen falta muchos más trabajos, y una cohorte amplia; aun así es
un estudio muy alentador.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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