El oftalmólogo puede
determinar una serie de afecciones oculares examinando con precisión el fondo
del ojo. Para ello es necesario dilatar la pupila con gotas oftálmicas para
disponer de una mejor visibilidad del ojo. A continuación, el oftalmólogo ilumina
el fondo del ojo mediante un oftalmoscopio. De este modo puede examinar la
retina con sus capilares, el punto de entrada del nervio óptico y el punto de
máxima visión (mancha amarilla o mácula) situado en la zona posterior del ojo.
El oftalmólogo puede
examinar el ojo a través de la pupila, utilizando una linterna especial llamada
oftalmoscopio. No obstante, para realizar un examen preciso y exhaustivo del
fondo del ojo es necesario dilatar la pupila con gotas oftálmicas.
Con el oftalmoscopio, el
médico oftalmólogo no sólo puede determinar la presencia de afecciones
oculares, sino que también puede evaluar posibles lesiones de otros órganos
examinando el fondo del ojo.
Posibles afecciones
oculares:
·
fisuras
y orificios en la retina
·
desprendimiento
de retina
·
tumores
oculares
·
inflamación
de la retina
·
obstrucción
de los vasos sanguíneos principales de la retina
·
degeneración
macular asociada a la edad
Otras patologías en las
que un examen oftalmológico podría ayudar a diagnosticar posibles
complicaciones:
·
tensión
arterial elevada en el caso de obstrucción de los vasos retinianos
·
diabetes
mellitus en el caso de obstrucción de los vasos retinianos
·
presión
intracraneal elevada en el caso de una protusión o hernia sobre el nervio
ocular
La pupila se dilata de forma natural, al
anochecer y durante la noche, para poder captar una mayor cantidad de luz. Esto
permite ver mejor en la oscuridad. Este proceso es involuntario, es decir, no
es posible controlar este proceso a voluntad.
El oftalmólogo utiliza unas gotas
oftálmicas especiales para dilatar la pupila. Las gotas oftálmicas actúan en
unos 15 a 30 minutos, cuando las pupilas se han dilatado completamente, el
oftalmólogo puede iniciar el examen. El paciente no siente nada al aplicar las
gotas para dilatar la pupila. Durante el tiempo necesario hasta que las gotas
actúen, el paciente puede volver a sentarse en la sala de espera. Si el
paciente lleva lentes de contacto deberá retirárselas antes de aplicar las
gotas y, como muy pronto, sólo podrá volver a colocárselas 15 minutos después
de la aplicación.
La dilatación de la pupila aumenta la
sensibilidad al deslumbramiento, ya que las pupilas no pueden contraerse.
Además, la visión es borrosa, sobre todo de cerca. Por este motivo no está
permitido conducir cualquier tipo de vehículo con las pupilas dilatadas por
medio de estos medicamentos. Debe tener esto presente siempre que visite al
oftalmólogo. La dilatación de las pupilas se mantiene durante varias horas.
Durante este tiempo también se dificulta la lectura, aunque se mantiene la
capacidad de orientación espacial sin problemas.
Los pacientes que padezcan cataratas no
deben utilizar gotas oftálmicas que dilaten la pupila, ya que se puede
desencadenar un episodio de glaucoma.
Con la dilatación de las
pupilas, el médico puede examinar mejor el fondo del ojo. Si el médico dilata
sus pupilas mediante gotas oftálmicas no deberá conducir ningún vehículo
durante varias horas. La visión de cerca se ve limitada con frecuencia durante
varias horas.
En los niños hasta los
10-12 años, siempre es preciso dilatar la pupila para ver la refracción; nos
encontramos con frecuencia con errores tanto en exceso como en defecto.
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