La aparición de
unas placas amarillas en torno a los párpados puede poner sobre aviso del
peligro de sufrir problemas cardiovasculares. Así se desprende de un estudio
cuyos autores creen que podríamos estar ante un nuevo marcador de riesgo, que
se añadiría al análisis del colesterol en sangre, la toma de tensión, la
medición del perímetro de la cintura y el resto de indicadores.
Estos nódulos,
denominados xantelasmas, son depósitos de células cargadas de colesterol.
Existe otro tipo de acumulación de lípidos, denominado arco corneal, que forma
una especie de anillo amarillento en el borde de la córnea. Estos dos signos
han sido estudiados por distintos equipos de investigación sin que hasta la
fecha se hubiese podido dilucidar si están asociados o no a las patologías
cardiovasculares. Anne Tygjaerg-Hansen y sus colegas, de la Universidad de
Copenhague (Dinamarca), han demostrado que los xantelasmas sí están
relacionados con un mayor riesgo de enfermedad coronaria y de muerte a largo
plazo. En cambio, tal y como publican en la última edición de 'British Medical
Journal' ('BMJ'), no se ha observado tal vínculo en las personas con arcos
corneales.
El vicepresidente
de la Sociedad
Española de Cardiología (SEC), Manuel Anguita, advierte de
que hay que ser "un poco cauto con los resultados del estudio", ya
que se trata del primero que llega a esas conclusiones. En otras palabras: las
personas con xantelasmas no deben asustarse. Asimismo, señala que, en el caso
de que otros trabajos confirmen que estas placas pueden ser claves para el
diagnóstico y la prevención de problemas cardiacos, no hay que olvidar que se
trataría de un marcador más que ayudaría a los médicos de familia y a los
cardiólogos a tomar medidas preventivas específicas para cada paciente.
Por otra parte,
Anguita precisa que el aumento del riesgo observado en los portadores de los
depósitos no es excesivamente alto: se observó que, a lo largo de las más de
tres décadas que duró la investigación, tenían 1,4 veces más probabilidades de
padecer un infarto que quienes no tenían xantelasmas. En cuanto a la
mortalidad, la diferencia era considerablemente menor. "No son cifras
alarmantes", concluye.
En todo caso, el
experto español cree que el nuevo estudio es muy interesante. Uno de sus puntos
fuertes, que garantiza la fiabilidad de los datos obtenidos, es el elevado
número de personas con las que contó. Se hizo un seguimiento a casi 13.000
individuos durante 33 años con el fin de evaluar los factores implicados en su
salud cardiovascular. El 4,4% de ellos desarrolló xantelasmas. Estos estaban
relacionados con el infarto de miocardio, la isquemia cardiaca y la
aterosclerosis independientemente de los valores del resto de los factores de
riesgo cardiovasculares (obesidad, edad, tabaquismo...).
Curiosamente, a
pesar de que se trata de una acumulación de grasa, buena parte de las personas
con depósitos en los párpados no presentaban niveles elevados de colesterol en
sangre. Esto se debe a un fenómeno ya conocido: algunos sujetos tienen una
alteración en el metabolismo de las grasas que hace que el colesterol se
acumule en las paredes de sus arterias pero los análisis sanguíneos no muestren
cifras elevadas. Los xantelasmas estarían avisando de esta situación.
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