La mitad de los pacientes
con glaucoma no saben que están afectados por la enfermedad
Se calcula que el 50% de los pacientes con glaucoma no sabe que
lo padece. Solo en el caso de un ataque de glaucoma agudo, "el ojo se pone
rojo y aparece un dolor muy intenso, que puede ir acompañado de visión borrosa,
náuseas y vómitos", según el responsable de la Unidad de Glaucoma en
el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Pablo
Rodríguez Calvo.
En fases tempranas de esta enfermedad, que afecta al nervio
óptico, por acumulación de fluido en la parte anterior que aumenta la presión
intraocular y puede afectar a la visión e incluso llegar a la ceguera si no es
tratado, el paciente puede "no experimentar síntomas y, en consecuencia,
no es consciente de que padece la enfermedad", han explicado desde la
entidad.
En cambio, cuando se encuentra "más avanzada puede llegar a
condicionar de forma significativa el día a día" de la persona debido a
limitaciones en su capacidad visual que puede implicar dificultades en la
lectura o tener que dejar de conducir, lo que implica reducción de la calidad
de vida.
Por otro lado, el doctor ha explicado que en el caso del
glaucoma, la prevención es "particularmente relevante, ya que se va
perdiendo la visión periférica de forma lenta y progresiva", ya que si el
paciente "no percibe ese deterioro, puede llegar a perder totalmente la
visión".
De igual modo, ha indicado que "paulatinamente la población
está acostumbrándose a realizar sus revisiones con el oftalmólogo a edades más
tempranas, lo cual permite tratar el glaucoma de forma precoz y controlar sus
consecuencias".
No obstante, también lamenta que aún haya pacientes que no
acuden hasta que empiezan a notar los efectos de la enfermedad, ya que estima
que en España, hay un millón de personas que padecen esta enfermedad.
En la mayor parte de los casos, "la pérdida de visión puede
ralentizarse si la enfermedad se trata a tiempo".
Además, destaca la importancia de "tener un hábito de vida
saludable y evitar el consumo de tabaco, obesidad y el sedentarismo, pues
aumentan el riesgo de desarrollar glaucoma, primera causa de ceguera
irreversible en personas mayores de 60 años".
Otros factores de riesgo de padecer glaucoma pueden ser
antecedentes familiares; personas de origen africano y asiático; personas con
altas miopías o como consecuencia de la evolución de otras patologías, que
pueden ser tanto oculares como sistémicas.
Entre las primeras, destaca la uveítis, alteraciones de la
retina, alteraciones del cristalino, tumores intraoculares o el desprendimiento
de tejido de las diferentes estructuras del interior del ojo.
Respecto al tratamiento, "al tratarse de una enfermedad
crónica, el tratamiento es de larga duración y es muy importante el
cumplimiento del mismo para conservar la visión y mantener la calidad de
vida".
A su vez, se puede disminuir esta presión mediante fármacos,
tratamientos con láser o cirugía; "con ello se consigue ralentizar o
incluso llegar a detener la progresión del glaucoma", ha apuntado
Rodríguez Uña.
En cuanto a la cirugía, destacan los nuevos procedimientos
quirúrgicos pues reducen el tiempo de intervención y logran que el paciente se
recupere antes.
En concreto, la cirugía mínimamente invasiva del glaucoma
presenta numerosas ventajas, pues "se han desarrollado multitud de
pequeños dispositivos implantables que ayudan al filtrado del humor acuoso y a
la reducción de la presión intraocular, con escasa manipulación quirúrgica y un
buen perfil de seguridad".
En todos estos años, el gran desconocido, el glaucoma, ha pasado
de ser una hipertensión a una neuropatía, y seguimos sin saber el porqué. Lo
que sí tenemos muy claro, es que no son suficientes las campañas de detección,
y que, en buenas manos, con una OCT programada, podemos tratarlo, o al menos
enlentecer su evolución. Y no es poco, pero hoy es lo que sabemos y tenemos.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA