Las revisiones oculares, clave para la
salud visual de los niños
Si el cuidado de los ojos es crucial a lo largo de la
vida, en la infancia cobra aún más importancia. Las revisiones oculares,
anuales hasta los 8 años y hasta la mayoría de edad cada dos, son claves para
la prevención.
La doctora
Idoia Rodríguez pertenece a la Unidad de Motilidad Ocular y Visión Binocular
delCentro
Barraquer; sitúa a finales del curso escolar, o antes de que éste
comience, el momento idóneo para las revisiones infantiles de los ojos.
Entre
sus consideraciones, fruto de su experiencia y sus conocimientos, figuran
mensajes como la importancia del diagnóstico precoz para que sea más eficaz el
tratamiento; la idea de que la visión que no se gana durante la infancia no se
recupera posteriormente; o la estimación de que muchos niños que son
calificados como malos estudiantes, cuando en realidad tienen un problema en su
vista.
§ ¿por qué hay que realizar revisiones en los niños?
El
desarrollo integral del niño depende en gran parte de la correcta evolución de
su visión. El proceso de maduración visual se inicia en el nacimiento y tiene
su máxima expresión a los cuatro años de edad y después decrece paulatinamente
hasta los 8/9 años, aproximadamente.
Tanto
al final como al inicio del curso escolar son momentos muy buenos para realizar
una exploración oftalmológica completa y asegurarnos así un buen rendimiento
del niño durante el año escolar.
§ ¿Cuándo hay que ir al oftalmólogo?
La
primera exploración oftalmológica del niño corresponde tanto al neonatólogo
pediatra como al oftalmólogo para detectar posibles anomalías estructurales
oculares congénitas u otras patologías como la retinopatía de prematuridad.
Actualmente
existe un consenso de que entre el año y los dos años de vida es conveniente
realizar un examen ocular completo por parte del especialista para poder
evaluar el segmento anterior y posterior del globo ocular, detectar posibles
defectos de refracción y valorar el estado de la motilidad ocular para
descartar la presencia de estrabismo.
La
cadencia de los posteriores controles oculares depende de los hallazgos de esta
primera exploración y, posteriormente, a pesar de que no haya patología ocular
y sintomatología aparente, es conveniente realizar controles anuales hasta los
7/8 años, periodo en el que finaliza el aprendizaje visual.
§ ¿Qué patologías o problemas visuales suelen detectarse?
Entre
las principales patologías que vemos normalmente en la consulta pediátrica
podemos destacar los defectos de refracción, ya sea hipermetropía, miopía o
astigmatismo, anomalías estructurales oculares como el coma congénito, la
catarata congénita y opacidades corneales y el estrabismo. Todas ellas
constituyen causas que van a generar en mayor o menor grado un retraso en la
maduración visual y por tanto ambliopía, también conocida como ojo vago y que
afecta al 4 por ciento de los niños en edad escolar.
Debemos
tener en cuanto que es muy importante que cuanto más precoz sea el diagnóstico
más eficaz va a ser el tratamiento y mejor el pronóstico por tanto. La visión
que no se gana durante la infancia no se va a recuperar posteriormente en la
edad adulta.
§ ¿Qué signos y síntomas deben alertarnos?
Los
principales signos y síntomas que nos deben llamar la atención son, por
ejemplo, una pupila de color blanco; que el niño tenga tendencia a desviar o
guiñar un ojo; inclinación de la cabeza para poder fijar la vista; movimientos
rápidos y rítmicos de los ojos, lagrimeo y enrojecimiento ocular frecuente;
molestia a la luz, lo que llamamos fotofobia; dificultad para el cálculo de las
distancias; incapacidad para leer la pizarra y bajo rendimiento escolar.
Hay
muchos niños que son tachados de malos estudiantes cuando en realidad la causa
es un defecto de refracción mal corregido.
§ ¿A partir de los 9 años que atención hay que seguir?
A partir de
esa edad, aunque no haya patología ocular ni sintomatología evidente, debemos
realizar controles oftalmológicos bianuales hasta la mayoría de edad, donde ya
es posible analizar otras alternativas en caso de dependencia de corrección
óptica, como puede ser la cirugía refractiva.
Estamos tan
atareados con la vuelta al cole de los peques (que si las matrículas,
que si los libros y utensilios, que si el uniforme o la ropa deportiva, que si
los horarios a los que hay que acostrumbrarse…), que solemos olvidarnos de la salud, incluso de cómo ésta puede afectar
directamente al rendimiento escolar. Por
ejemplo, la salud
ocular de
nuestros vástagos. Si hay anomalías, su rendimiento bajará. Por eso, una vez
más, es conveniente que nos acojamos a la sabia sentencia “más vale prevenir”.
El 41% de los niños de entre 2 y 10
años no han acudido nunca a un oftalmólogo.
Los expertos aseguran que las revisiones oculares en los niños deben hacerse antes de los 4 años para
descartar estrabismo y/o ambliopía y
siempre que se sospeche de una anomalía
ocular en
el niño. Además, es aconsejable llevar a los pequeños anualmente al oftalmólogo
hasta los 8 o 10 años, cuando el sistema visual ya está desarrollado.
Ante la vuelta al cole de los niños hay que
recordar a la sociedad que el diagnóstico
precoz de ciertas
enfermedades oculares es fundamental para garantizar la salud visual de los
niños.
Desde la cínica nos ocupamos de atender todas estas
necesidades de nuestros hijos, y esperamos seguir ayudando.
OFTALMÓLOGO
ESTEPONA