Científicos de la Universidad Northwestern, en Illinois, Estados Unidos, descubrieron una nueva causa de glaucoma en un modelo animal y, en relación con sus resultados, están desarrollando un colirio dirigido a curar la enfermedad. Estos expertos creen que sus hallazgos, publicados en la revista «Journal of Clinical Investigation», serán importantes para el glaucoma humano.
Hasta ahora, ha sido difícil encontrar una cura para el glaucoma porque se sabe poco sobre la base de la enfermedad. En el glaucoma, la presión dificulta el drenaje de fluido desde la cámara anterior del ojo, destruyendo las células ganglionares de la retina y, finalmente, el nervio óptico, de forma que el ojo se vuelve como una bañera que no puede drenar porque la tubería está obstruida. El recipiente tapado o defectuoso, conocido como el canal de Schlemm, es parte del sistema linfático, que es esencial para el drenaje del ojo.
El nuevo estudio identifica por primera vez los bloques moleculares indispensables para la construcción de vasos sanguíneos de «drenaje», proporcionando las herramientas químicas necesarias para reparar las «tuberías» de la vista y restablecer el drenaje normal. Hasta ahora, se desconocía la base molecular de la enfermedad causada por un canal ausente o defectuoso era desconocido.
«Éste es un gran paso adelante en la comprensión de la causa de la enfermedad que le quita la visión a 60 millones de personas en todo el mundo», afirmó Susan Quaggin, autora principal del estudio y nefróloga en la Northwestern .«Esto nos da un punto de apoyo para desarrollar nuevos tratamientos», añadió Quaggin.
«Nuestro objetivo ahora es hacer crecer nuevos vasos sanguíneos para curar el glaucoma», planteó la investigadora. Los resultados se basan en un nuevo modelo de ratón con glaucoma desarrollado por esta experta y el estudiante Ben Thomson, que es uno de los primeros modelos animales de la enfermedad. Quaggin espera que los hallazgos en animales sean relevantes para el glaucoma humano.
Quaggin está colaborando con Amani Fawzi, profesor asociado de Oftalmología, y Xiaorong Liu, profesor asistente de Oftalmología, ambos en Feinberg, y el científico de la Northwestern Samuel Stupp para desarrollar un colirio de nanofibras que active de nuevo el crecimiento de los vasos sanguíneos obstruidos.
«Estamos desarrollando una nanoestructura de péptido altamente potente que tiene la capacidad de interactuar con muchos receptores al mismo tiempo», destacó Stupp. «Esto va a amplificar la vía de señalizaciónnecesaria para una terapia eficaz. La nanoestructura también está siendo diseñada para tener la vida media necesaria para optimizar la eficacia», añadió este experto, director del Instituto Querrey Simpson para BioNanotecnología.
«Imagínense si pudiéramos hacer crecer un gran canal de Schlemm en cualquier persona con glaucoma para reducir la presión en el ojo -señaló Quaggin-. Eso es lo que estamos esperando con este nuevo colirio». El estudio de la Northwestern identifica una vía de señalización química esencial para el funcionamiento saludable del canal de Schlemm y las sustancias necesarias para su crecimiento y desarrollo.
Esa vía requiere el equivalente químico a una llave para que se abra. El candado es una sustancia llamada Tie2 y la llave es un factor de crecimiento conocido como angiopoyetina y los científicos de Northwestern vieron que si falta la llave (angiopoyetina) o la cerradura (Tie2) en ratones, éstos no pueden desarrollar canales de Schlemm y desarrollan glaucoma. Ambas sustancias son necesarias para desbloquear la vía de una cascada de eventos dentro de la célula que produce los canales.
«Ahora sabemos que estas dos sustancias son factores clave en el desarrollo del glaucoma, algo que no se conocía antes», subrayó Quaggin. La cerradura y la llave son propensas a estar involucradas en el glaucoma humano, según Quaggin, quien recalca que el modelo de ratón es similar a lo que se ve en los humanos con glaucoma. El modelo animal de glaucoma permitirá a los científicos estudiar los tratamientos, así como la forma en la que se desarrolla la patología, de forma que se entienda cómo el aumento de la presión conduce al daño de las neuronas del nervio óptico.